domingo, 8 de febrero de 2009

TODOS SOMOS NYC Y TODOS SOMOS VYQ.















Quiero una casa que no apague
esos vislumbres,
que no oriente hacia ningún
país felíz,
que esté empezando siempre,
sin ángulos mortales,
sin muros decisivos
ni esfuerzos muy profundos
(estoy cansado de heroísmos).
Quiero una casa
que se oiga,
que haga esquina,
que no haga puntas,
que no haga ningún verde
previsible.
Quiero una casa que regrese
a la primera piedra cada día,
que se despoje de sus muros
en la imaginación de los que duermen,
que ayude a conciliar su sueño,
que sea una casa abierta
a toda profecía.
("No tener casa", LTA: 40-41).












Este poema corresponde a Fabio Morábito, quien nació en Egipto; hijo de padres italianos. Vivió en Italia – Milán- después emigró con su familia a Ciudad de México. Su poesía trata el tema de la pertenencia y la morada, como un ambiente siempre móvil pero que necesita de periodos de estancia; en esos momentos, se construye y deconstruye . Lo importante de la morada son las fisuras, aquellas que exigen una constante reconstrucción. Dice el autor “…nadie puede viajar sin detenerse nunca. Porque es en las detenciones donde el hombre adquiere conciencia de su origen, de sus antepasados, de su lengua y de su muerte…” . En el sentido más profundo, la casa, adonde quiere que vaya y esté: soy yo.





1 comentario:

  1. si, estoy de acuerdo, me gusta la frase de serrat, que en realidad es de la mamá de serrat: "yo soy de donde comen mis hijos"
    creo en eso profundamente, nada nos pertenece, no tenemos nada en propiedad, sólo usamos lo que necesitamos
    besos
    hermoso el poema

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